jueves, abril 12, 2007

Descanse en paz

Toda su vida y desde que pudo fue una puta. Una perra puta.

Ayer murió por la tarde producto de un embarazo mal acomodado en la matriz y un aborto que no arrojó, la infección le provocó la muerte.

La colocamos en una bolsa negra y la tiramos donde a nadie moleste su olor a muerte. Murió.

Llegó a mi casa aún cachorro, hace ya muchos años. Fue mi fiel compañera en las tardes de soledad y tener que darle de comer fue por mucho tiempo la única actividad compartida que tenía en la casa.

Fue una traidora; muchas noches de parranda que sus ladridos despertaron a media cuadra al oirme llegar, para luego ir a la puerta a moverme la cola. Fue la primera en darme la bienvenida al mover el rabo cuando regresaba a casa cada quince días en mi época de universidad, luego me daba la mano y esperaba una caricia en el lomo, y esa comunicación que ella sabía de cariño: "hazte para allá pinche Loba".

Una vez mató un Tlacuache con saña. Además de puta fue asesina.

Siempre nos ganó, quedaba cargada de una nueva camada antes que la inyección anticonceptiva y al final eso fue lo que la mató. Se revolcó con su propio hijo y él aún sobrevive, anoche se pasó la luna ahuyándole a su madre y a su amante.

Murió. La Loba, perra lista, perra vieja, perra puta, perra amiga. Descanse en paz.

martes, abril 10, 2007

A cien pesos el kilo

Poncho (-_-) está gordo. Yo también.

Ambos pensamos que somos más galanes así y que a las mujeres les parece más sexys nuestras panzas que los abdómenes (o como se escriba) de lavadero que tienen otros güeyes.

Pero como somos bien machos y nos gusta ganar en todo apostamos a perder peso, no es cosa de nenas con dietas y ejercicios; es cosa de hombres: dinero, cien pesos que se le pagará por kilo perdido a quien pierda más peso en los próximos tres meses.

Ya me pesé y tengo 12.5 kilos de más. Es decir con mi 1 metro ochenta centímetros de estatura debería pesar ochenta kilos, pero peso 92.5 kilogramos. No sufro obesidad, la gozo a cada instante de placer comilón. Pero ahora es cuestión de orgullo.

Ya comencé a cenar cereal con leche descremada, a desayunar te y licuado Herbalife, eliminé panes, galletas, chocolates y pastelitos de mi alimentación, ya tomaba mucha agua pero tomaré más y ayer corrí diez vueltas a un campo de fút, hoy en la tarde también correré y haré abdominales y lagartijas.

En algún lugar tengo que esconder 12.5 kilogramos. Si alguien sabe de un buen escondite me avisa.