martes, marzo 17, 2009

Un tipo enamorado

Frente a mi casa vive una señorita que tuvo un hijo de un tipo igual de adolescente que ella. Contrario a muchas historias estos dos amenos personajes no fueron obligados a casarse, o quién sabe qué pasaría. El caso es que no viven juntos, para el pesar del enamorado padre del bebé, quien sigue prendido de la adolescente madre de su hijo.

Pero algo raro pasa. El amor no corresponde siempre.

Ha sido más o menos frecuente que ronde por la casa, que aproveche que la mujer salga con el niño a la tienda para saludarla a ella y darle un beso a él.

Anoche por ejemplo, me quedó claro que el adolescente tiene problemas con sus técnicas de reconquista. Aún padezco sueño por su idiotéz.

Era la hora del ánima cuando yo con no más de una hora de sueño escuché unos gritos desgarradores en la calle. Era el personaje en cuestión del que desconozco su nombre pero que me he acostumbrado a escuchar su voz. Sin embargo anoche sonaba a alcohol, a varias horas consumiendo cerveza o mezcal o lo que le hubiera alcanzado.

Iba en una camioneta. Y le gritó: "Te voy a poner música pa que estés contenta"

La serenata, que en ese momento yo esperaba cursi y tierna, fue la combinación de un acordeón y una guitarra con una voz aguardientosa que narraba las aventuras de un narco para llevar kilos de coca a unos compinches en Tijuana; el arrabal musical no me es desconocido, pero esa canción no la reconocí.

Aún así creo que declarar amor a gritos fundido con simulaciones de disparos de cuerno de chivo, es la mejor manera de espantarle el sueño a los inocentes vecinos y las ganas de volver a la madre adolescente.

A ella la imaginé tapándole con las manos las orejas a su hijo, rezando porque ese amor narcomusical, no alterara el sueño del niño que según me he enterado por los gritos de otras noches, tiene los ojos del abuelo paterno y fue concebido una noche de amor y luna en una playa con el fondo musical de una balada de la banda El Limón.